Pregunta de Platypus No. 6: ¿Existe una demanda concreta por la abolición inmediata del trabajo asalariado?

por Jehu

https://therealmovement.wordpress.com/2013/12/11/platypus-question-no-6-is-there-a-concrete-demand-for-the-immediate-abolition-of-wage-labor/


En la pregunta 6, Platypus pregunta si existe una demanda política concreta por la abolición inmediata del trabajo asalariado:

“Si la abolición del trabajo asalariado hubiese de ser un objetivo de la política emancipadora, ¿qué formas de política o qué demandas concretas debiesen perseguirse para lograr este objetivo? ¿Cómo pasamos de 'aquí' a 'allá'?”

La pregunta es algo confusa: Puesto que es el propio estado, con la extensión de las horas de trabajo, quien mantiene y hace cumplir las condiciones para la reproducción capitalista, no es posible una demanda política por la abolición del trabajo. El problema se complica aún más porque la izquierda confunde oposición a la gestión económica del estado fascista con oposición al progreso social. Para resolver estas complicaciones, necesitamos volver a mi definición de sobretrabajo y desempleo.

Primero, el término "sobretrabajo" no tiene sentido en la premisa del capital: el capital se basa en el sobretrabajo de la clase trabajadora, en la extensión de las horas de trabajo más allá de la duración requerida para satisfacer las necesidades materiales de los trabajadores. La fuente de toda plusvalía es la extensión más allá del tiempo de trabajo requerido para satisfacer las necesidades de la clase trabajadora. Es decir, el sobretrabajo de la clase trabajadora es la premisa del modo de producción capitalista, la producción de plusvalía, la producción por la ganancia.

Sin embargo, el sobretrabajo, como se emplea en el contexto actual, es otra cosa: es una duración excesiva del trabajo no solo en relación con las necesidades de la clase trabajadora, sino también en relación con los requisitos materiales del empleo productivo del capital. El sobretrabajo, como lo está empleando Platypus, es, por lo tanto, horas excesivas de trabajo en relación con ambas clases y con la producción de riqueza material en general. Esto no es "sobretrabajo" en el sentido capitalista del término, sino sobretrabajo incluso para los estándares del modo de producción capitalista por la ganancia. Es decir, el desempeño de trabajo totalmente superfluo — trabajo que no produce plusvalía ni riqueza material.

Como explicó Postone, en la teoría laboral, este sobretrabajo constituye una nueva categoría histórica: tiempo de trabajo que puede ser convertido en tiempo disponible, es decir, tiempo fuera del trabajo para la gran mayoría de la sociedad. Este trabajo superfluo no puede ser empleado por ninguna de las clases, ni por ambas juntas, es superfluo para las necesidades de la sociedad en su conjunto. Este tiempo de trabajo solo puede ser empleado por miembros individuales de la sociedad como tiempo disponible para fines que solo ellos consideran importantes. El tiempo de trabajo superfluo es el potencial de autoactividad de los miembros de la sociedad, como ha de aparecer dentro de los límites del modo de producción capitalista — dentro de los límites de un modo de producción basado en el trabajo, en la producción de plusvalía, en la producción por la ganancia.

Segundo, dada la definición anterior de sobretrabajo y desempleo, como tiempo de trabajo completamente superfluo, se deduce que el sobretrabajo y el desempleo, como se usan en este contexto, solo se hacen posibles a través de las políticas económicas del estado fascista. Como el tiempo de trabajo superfluo no puede ser empleado productivamente por el capital y, dado que el tiempo de trabajo superfluo requiere de la intervención activa del estado para que sea posible, se deduce que el tiempo de trabajo superfluo solo comienza donde termina el tiempo de trabajo materialmente necesario de la sociedad.

Sin embargo, es justo este punto, donde termina el tiempo de trabajo materialmente necesario, el que Marx y Engels definieron como el reino de la libertad. El reino de la libertad, por lo tanto, comienza solo en el punto en que el trabajo mismo se vuelve superfluo para los requisitos materiales de la sociedad. Este, sin embargo, también resulta ser el punto donde se hace necesaria la gestión del estado fascista para mantener las relaciones de producción existentes. De lo dicho en los dos puntos anteriores se deduce que la abolición del trabajo asalariado y el fin de la gestión económica del estado fascista son una y la misma cosa.

Concretamente, la demanda por la abolición de la esclavitud asalariada debe asumir la forma de una demanda por poner fin a la gestión de la economía que lleva a cabo el estado fascista. Esto, por supuesto, plantea más preguntas prácticas de las que responde; pero esas preguntas no podrán responderse hasta que se reconozca este hecho esencial: el fin de la esclavitud asalariada y el fin de la gestión económica del estado fascista — de la política fiscal y monetaria — son ahora uno y el mismo.

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Pub: 05 May 2020 03:52 UTC
Edit: 06 May 2020 01:02 UTC
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