El Capital de Schrödinger: ¿Es el dólar estadounidense dinero mundial o el fin del dinero?

por Jehu

https://therealmovement.wordpress.com/2015/11/08/schrodingers-capital-is-the-us-dollar-world-money-or-the-end-of-money/


Es importante decir que quiero preservar la ciencia del materialismo histórico. Para ser claros, el resultado de este debate no tiene nada que ver con el resultado de la lucha de clases. A pesar de las afirmaciones contrarias de varios partidos de vanguardia, ninguna clase en la historia hizo una revolución basada en su teóricamente precisa comprensión de la sociedad que buscaba derrocar. El proletariado no romperá ese patrón. De este modo, podemos separar con seguridad el tema de la veracidad científica del materialismo histórico de las implicaciones sociales de sus conclusiones para responder a las inquietantes preguntas planteadas por el argumento de la escuela de la forma-valor.

Digo esto para enfatizar que no creo que Chris Arthur esté "siendo revisionista" o algo así. En cambio, la ciencia misma está siendo desafiada por la aparición de algo que muchas personas suponen que la teoría laboral nunca predijo, una moneda fiduciaria que cumple el papel de 'dinero mundial'. El materialismo histórico tiene un gran problema que explicar si este 'dinero mundial' fiduciario es en realidad dinero y, de ser así, cómo funciona.


NOTA 12: ¿El fin del valor de cambio?

Según Marx, un valor de uso solo tiene valor si es producto del trabajo humano. La cantidad de valor contenida en cualquier producto del trabajo humano es la duración del tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para producir la mercancía. El valor de una mercancía se expresa como valor de cambio en una transacción en la que el valor de la primera mercancía se expresa en el valor de uso de la segunda mercancía. Según Marx, el valor de una mercancía solo puede expresarse en el valor de uso de otra mercancía que también tenga valor. La mercancía se reconoce socialmente que juega el rol del dinero es simplemente aquella cuyo valor de uso sirve para expresar los valores de todas las demás mercancías en la comunidad.

Esta definición del dinero es comúnmente reconocida por casi todos los marxistas. Pero si Marx tiene razón al respecto, el dólar, un papel moneda fiduciario inconvertible emitido por el estado, no puede ser el dinero mundial. El problema con que el dólar juegue este rol es que, como lo demuestra el bitcoin, puede producirse sin gasto alguno de trabajo humano. Y, se puede producir en cualquier cantidad que se requiera casi instantáneamente. Esto significa que el dólar no es producto del trabajo humano y, por lo tanto, no contiene ningún valor.

Esto enfrenta a los marxistas con una paradoja: si el dólar es el dinero mundial, Marx debe estar equivocado de acuerdo a su propia definición. Si los marxistas reconocen los dólares como dinero mundial, ya no son, por la misma definición, marxistas.

Obligados a ir más allá de Marx

Esto es genial, porque, sin importar el resultado, nos vemos obligados a ir más allá de Marx. Esta cosa que llamamos dólar estadounidense, en su función de dinero mundial, no existía en la época de Marx y él juró que no podría existir. Si esto es cierto, el rol del dólar como dinero mundial desde 1971 constituye un evento histórico mundial. Equivale a presenciar el nacimiento de una nueva especie o a mirar al corazón de una singularidad.

¿Cómo puede algo que carece de valor expresar el trabajo contenido en las mercancías por las que se intercambia? En su artículo de 2003, Chris Arthur intenta explicar cómo algo que carece de todo valor puede expresar los valores de las mercancías. Según Arthur, el dinero no es la expresión del valor trabajo; más bien, proporciona la dimensión de valor a las mercancías. En este sentido, el dinero es el campo magnético de mi ejemplo anterior: el campo magnético no expresa el poder de autoalineación de las limaduras de hierro, sino que es la fuerza que alinea las limaduras.

En otras palabras, lo que Arthur ha hecho es reemplazar la fuerza de trabajo de la teoría de Marx por el dinero en su propia teoría (la de Arthur) como explicación del movimiento de las mercancías. En la teoría de Marx, la fuerza que "dirige" (uso este término en su significado más amplio posible) el movimiento de las mercancías es el gasto de la fuerza de trabajo humana abstracta y homogénea, el valor.

La explicación de Arthur sobre el dinero fiduciario mundial

Arthur argumenta que Marx está equivocado: el movimiento de las mercancías no está determinado por el trabajo, sino por el dinero. El dinero constituye un "espacio social" o "dimensión" que llamamos valor, que Arthur define como el poder de intercambiabilidad. Ciertamente, las personas intercambiaban los productos de su trabajo antes de la aparición del dinero, pero sin dinero tales intercambios eran incoherentes, donde cada intercambio solo podía entenderse en sus propios términos como un acto aislado que no tenía una relación necesaria con el próximo intercambio.

El dinero desempeña un papel fundamental al emerger como el único "espacio" o "dimensión" por el cual los valores de las mercancías pueden compararse entre sí. Por esta razón, Arthur argumenta: "el dinero actúa como el origen de la dimensión del valor mismo". El dinero hace que el valor sea medible y proporciona el estándar para la medición del valor. Por analogía, el espacio define la separación entre cuerpos y, al mismo tiempo, se convierte en la medida de su separación.

El dinero, según Arthur, es una función, no una cosa. Esta función puede llenarse con una sucesión de cosas que llenan esa función de manera más o menos adecuada. Si nos centramos en la cosa, perdemos la historia real: la función en sí misma, el papel desempeñado por el dinero en la evolución de la producción y el intercambio de mercancías.

Marx, dice Arthur, se equivocó al asumir que el dinero tenía que ser un producto del trabajo. Por supuesto, explica, en las etapas inferiores de la producción, encontramos que el dinero a menudo es solo esto. Esto, dice Arthur, llevó a Marx a concluir que los dos (el dinero y las mercancías) tenían que compartir una sustancia común para poder ser directamente comparados.

Sin embargo, argumenta Arthur, el dinero no expresa el gasto de la capacidad de trabajo; más bien, expresa el poder de cada mercancía para atraer otras mercancías para el intercambio. Debido a que valoramos mucho el objeto que sirve como dinero, su intercambiabilidad con todos los demás productos es universal e incondicional. Dado que el dinero se puede cambiar de forma inmediata e incondicional por cualquier otra mercancía, sirve para todas las demás mercancías como la medida de su intercambiabilidad limitada y condicional. Arthur concluye que el dinero no mide el trabajo humano abstracto homogéneo contenido en las mercancías, sino su poder de intercambiabilidad.

Con esto, Arthur plantea una pregunta crítica:

"En la medida en que el dinero valide las mercancías y, por lo tanto, el trabajo, ¿qué otra medida se requiere?"

¿Por qué el dinero tendría que medir el trabajo humano abstracto contenido en las mercancías cuando, en su propio cuerpo, es la medida de su intercambiabilidad?

Chris Arthur, por lo tanto, plantea un poderoso argumento en nombre de la escuela de la forma-valor: lo que explica el dinero fiduciario mundial no es el trabajo abstracto homogéneo contenido en las mercancías. El dólar no es producto del trabajo y, por lo tanto, no puede expresar el trabajo contenido en las mercancías. Si el dólar está sirviendo hoy como dinero mundial, esto no puede haber sido determinado por el tiempo de trabajo requerido para producir mercancías, sino por algo más.

Una anomalía o la nueva normalidad.

Ahora, aquí está la cosa:

Un hecho es absolutamente claro para todas las partes en el debate: el dólar estadounidense no tiene valor y, por lo tanto, no puede expresar los valores de las mercancías. Debe, por lo tanto, expresar alguna otra fuerza. No tenemos que aceptar la explicación de Arthur de que el dinero expresa la intercambiabilidad de las mercancías para comprender su esencialmente correcta conclusión. Cualquiera que sea la explicación para una moneda fiduciaria mundial, no puede ser el trabajo abstracto homogéneo, es decir, el valor.

Por lo tanto, parecería que si el dólar es el dinero mundial, la teoría laboral del valor marxista, como la mayoría de los marxistas la entiende, está acabada. La vida misma ha demostrado que está equivocada.

Una posible razón por la que esta conclusión podría no ser del todo cierta es que la teoría laboral ya explica completamente el dólar fiduciario en el rol del dinero mundial. No, dice la teoría laboral, el dólar fiduciario no es dinero; y, no, no expresa los valores de las mercancías. Sin embargo, la ley del valor, incluso en esta situación, todavía se expresa.

Estos son el hechos que ya sabemos indiscutiblemente:

  1. No importa dónde te encuentres en el debate sobre si una mercancía contiene una propiedad social llamada valor o no, no hay duda de que el dólar estadounidense no tiene esta propiedad social: no contiene ni siquiera un instante de valor.
  2. Por lo tanto, incluso si Arthur está completamente equivocado en sus críticas a Marx, tiene razón al argumentar que la función del dólar estadounidense como dinero mundial no puede determinarse de ninguna manera al compartir un atributo social común con las mercancías para las que sirve como expresión. Es decir, el dólar estadounidense no es dinero mundial porque exprese los valores (tiempos de trabajo socialmente necesarios) de las mercancías.
  3. Por lo tanto, si el dólar estadounidense es el dinero mundial, esta extraña situación debe expresar alguna otra propiedad común a las mercancías que no sea su tiempo de trabajo socialmente necesario.

¿Qué otra propiedad social común puede expresar una moneda fiduciaria mundial? Arthur propone que debe expresar el poder individual de intercambiabilidad de las mercancías. Mientras Arthur usa esta conclusión para derrocar la teoría laboral de Marx, yo diría que esto no es necesariamente así.

Piénsalo de esta manera: después de todo, solo estamos tratando de explicar los últimos 45 años de la historia mundial en que el dólar estadounidense ha servido la función de dinero mundial. Las monedas fiduciarias inconvertibles han existido antes en el registro histórico y eran conocidas tanto por Marx como por Engels. No hay razón para derribar toda la historia de la humanidad solo para explicar los últimos 45 años de la misma. Es muy posible que simplemente estemos experimentando una anomalía en la historia de la humanidad. En esta situación anómala, por alguna razón inexplicable, un papel moneda está cumpliendo el papel que normalmente esperaríamos que desempeñara una mercancía.

Ahora, podemos llegar al menos a tres conclusiones diferentes sobre esta anomalía:

  1. Es una anomalía temporal y, por lo tanto, la sociedad, tarde o temprano, volverá a un dinero-mercancía para expresar los valores de las mercancías.
  2. Es una anomalía permanente, es decir, no una anomalía en absoluto, sino un evento que revela el contenido real del dinero como, por ejemplo, el "poder de intercambiabilidad" de Arthur o alguna otra fuerza que no conocemos actualmente.
  3. Una moneda fiduciaria que sirve como dinero mundial no es una anomalía, sino más bien la catastrófica etapa final del dinero y todo el modo de producción basado en el valor de cambio.

El colapso del valor de cambio

Que el dólar juegue el rol del dinero mundial no tiene precedentes históricos y, como mínimo, representa una verdadera anomalía para la teoría laboral. En mi opinión, sin embargo, la teoría laboral puede explicar este evento, pero solo sobre la base de la última de las tres opciones, el colapso de la producción basada en el valor de cambio.

¿Cómo es eso?

En los Grundrisse, Marx hace exactamente esa predicción, que ha sido ignorada o descartada por los estudiosos marxistas de la posguerra y rechazada por la escuela de la forma-valor:

“Tan pronto como el trabajo en su forma directa ha dejado de ser la gran fuente de riqueza, el tiempo de trabajo cesa y debe dejar de ser su medida, y por lo tanto el valor de cambio [debe dejar de ser la medida] del valor de uso. El trabajo excedente de la masa ha dejado de ser la condición para el desarrollo de la riqueza general, al igual que la falta de trabajo de unos pocos, para el desarrollo de los poderes generales de la cabeza humana. Con eso, la producción basada en el valor de cambio colapsa, y el proceso directo de la producción material se despoja de la forma de penuria y antítesis".

Si la escuela de la forma-valor está en lo correcto, el rol del dólar estadounidense sin valor como dinero mundial sugiere poderosamente que el tiempo de trabajo ya no es la medida del valor de uso. Creo que tienen razón en esto. Sin embargo, van más allá de esta afirmación y argumentan que el tiempo de trabajo nunca ha sido la medida del valor; más bien, la medida del valor es el dinero mismo. Aquí, hago una excepción con su argumento.

Según Arthur, el dinero expresa la intercambiabilidad de las mercancías:

“[Si] se estableciera tal equivalente universal, tendría una propiedad única relevante: sería intercambiable de inmediato. En otras palabras, la objetividad de tal valor para sí mismo aparece fenomenalmente en su intercambiabilidad inmediata".

Aquí Arthur hace que el dinero sea sinónimo de un poder de intercambio universal e incondicional, incluso si carece del atributo social de valor.

"Implícitamente, por lo tanto, como forma, el dinero no tiene valor en sí mismo, es el valor como forma".

La razón, por supuesto, es que sea que la cosa que sirve como dinero tiene valor o no, todas las demás mercancías deben cambiarse por ella. El problema con este argumento es que no tiene en cuenta el intercambio en sí. La escuela de la forma-valor trata al intercambio separado de la producción, cuando, por definición, es obvio que la producción de mercancías incluye tanto la producción como el intercambio.

El intercambio no es voluntario en una comunidad productora de mercancías.

Aunque esto rara vez se observa en la discusión sobre la producción de mercancías, en la comunidad de productores de mercancías, el intercambio dentro de la comunidad no es un acto voluntario o discrecional de sus miembros; es un elemento crítico del modo de producción en sí.

Si pensamos en esta comunidad como un único productor que lo abarca todo, los numerosos intercambios entre los productores separados constituyen una parte tan importante del modo de producción como un martillo, un yunque y un fuego constituyen las condiciones para el trabajo de un herrero. El intercambio de los productos del trabajo entre los miembros es la condición material para la supervivencia de la comunidad productora de mercancías en su conjunto.

Una vez que la producción de mercancías se ha establecido finalmente como el modo por el cual la comunidad se reproduce a sí misma y su entorno, ningún productor individual puede producir sin intercambio. El intercambio no solo es una consecuencia necesaria de la producción de mercancías, sino que también es su condición previa. Bajo estas condiciones, el dinero no es tanto una expresión del poder de intercambiabilidad del producto del trabajo, sino la manifestación de la necesidad de intercambiar los productos del trabajo. Para los individuos involucrados, el intercambio no es un acto discrecional; se ha convertido en una premisa fundamental de su existencia material.

En el capítulo seis de El Capital, Marx explica dónde la sociedad realmente cruza el umbral en que el intercambio se convierte no solo en la condición previa para la producción, sino también en la premisa material (físicamente necesaria) de la sociedad. En el surgimiento de la fuerza de trabajo misma como una mercancía:

"La segunda condición esencial para que el propietario del dinero encuentre fuerza de trabajo en el mercado como una mercancía es esta: que el trabajador en lugar de estar en posición de vender mercancías en las que está incorporada su mano de obra, debe estar obligado a ofrecer a la venta como una mercancía esa misma fuerza de trabajo, que existe solo en su vivo ser".

Para el trabajador, el intercambio de dinero por su mercancía no es un acto voluntario para realizar el valor de su producto, sino una necesidad vital para lograr su supervivencia física. El dinero constituye para el trabajador, no la fuente de "validación social" del valor de su fuerza de trabajo, sino la condición esencial para la vida misma.

Por lo tanto, una vez que la propia fuerza de trabajo se convierte en una mercancía, el dinero en principio no necesita su forma mercancía y, por lo tanto, comienza a deshacerse progresivamente de esta cáscara. El dinero ahora se encuentra en un decidido antagonismo con su forma física. Es decir, el dinero, que se ha intercambiado por fuerza de trabajo, pierde su forma corporal y es ahora capital.

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Pub: 28 Jan 2021 21:54 UTC
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