El Capital de Schrödinger: Dinero, "desempleo tecnológico" y la guerra fría

por Jehu

https://therealmovement.wordpress.com/2015/11/10/schrodingers-capital-money-technological-unemployment-and-the-cold-war/


NOTA 13: Materialismo histórico sin lo de lo histórico

He estado leyendo, "Marx y la teoría monetaria", de Matthijs Krul. Al principio, Krul declara:

"En el contexto de la crisis actual, con la “expansión cuantitativa" de cientos de miles de millones de dólares, por un lado, y la carrera hacia la liquidez que acompaña a las crisis financieras, por otro, puede ser útil ver cómo es que la teoría económica de Marx se relaciona con las cuestiones del dinero y la política monetaria. El objetivo aquí es proporcionar una visión clara y comprensible de lo que era la teoría del dinero de Marx, cómo se relaciona con nuestro sistema monetario internacional actual y cómo esto se relaciona con su análisis del valor en general".

Según Krul en este ensayo de 2010, la crisis financiera vuelve útil comparar el enfoque de Marx sobre el dinero (y, por implicación, el valor y el valor de cambio) con la teoría monetaria burguesa. Pero el problema es que, en la teoría de Marx, el dinero es la expresión de los valores de las mercancías. Y, por el contrario, la teoría burguesa carece de una teoría del dinero y lo trata como un mero sistema para contar valores de uso inconmensurables.
Puesto que las mercancías en sí son inconmensurables, no está claro lo que los precios podrían representar en la discusión de Krul — nunca menciona la palabra valor hasta que habla de Marx. Es posible que la economía burguesa crea que el dinero es un sistema para contarse a sí misma. Como dice Arthur, el dinero es tanto la forma como la medida del valor.
En cualquier caso, la teoría burguesa rebota entre dos polos: en tiempos de relativa calma se adhiere más estrechamente a la teoría austriaca. En tiempos de crisis, repentinamente dice, como dijo Milton Friedman: "Todos somos keynesianos ahora".

¿Un problema de la teoría o del modo de producción?

Desafortunadamente, Krul ofrece una visión esencialmente ahistórica de la división en la teoría económica burguesa sobre el dinero y la política monetaria, y esto conduce a una serie de errores. El problema entre las dos escuelas que él identifica aparece en su recuento como un problema teórico (o de carencia teórica), no del modo de producción capitalista en sí.

En pocas palabras, antes de la Gran Depresión, no había necesidad de una teoría del dinero, porque no había nada que pudiera denominarse política monetaria. Pero después de la década de 1930, surge la política monetaria; los simplones burgueses necesitaron ahora una teoría de cómo funciona el dinero, porque el dinero es el instrumento por el cual el estado fascista maneja la producción capitalista. Así como no existía una teoría burguesa del dinero antes de 1929, tampoco existía una política monetaria; el estado simplemente manejó la vinculación de su moneda al oro.

La supuesta “neutralidad del dinero” es esencialmente la afirmación de que una unidad de moneda debe representar una cantidad definida del dinero-mercancía. La teoría austriaca todavía vive en este mundo de fantasía en el que el estado debería preocuparse por mantener el poder adquisitivo de la moneda contra el oro; nunca comprende que el estado toma el control del dinero solo para depreciar progresivamente la moneda contra el dinero-mercancía.

Keynes: el capitalismo estaba eliminando la necesidad de trabajo

Sin embargo, hay un problema con la discusión de Krul. Para Keynes, las economías capitalistas no eran simplemente propensas a las crisis, como Krul parece creer, las crisis eran inevitables. El modo de producción capitalista se estaba debilitando progresivamente por las mejoras en la productividad que desencadenó.

“Por el momento, la rapidez de estos cambios nos está perjudicando y trayendo problemas difíciles de resolver. Esos países están sufriendo relativamente y no están a la vanguardia del progreso. Estamos sufriendo una nueva enfermedad de la que algunos lectores aún no han escuchado el nombre, pero de la que oirán mucho en los próximos años, a saber, el desempleo tecnológico. Esto significa desempleo debido a nuestro descubrimiento de medios de economizar el uso del trabajo superando el ritmo al que podemos encontrar nuevos usos para el trabajo”.

Las implicaciones de esta idea eran obvias: el capital y el trabajo asalariado estaban condenados. Keynes declaró esto claramente en 1930. Esta no era una "posibilidad de desequilibrio", como Krul lo expresa, era la inevitabilidad del colapso capitalista. Krul también se equivoca al afirmar que Keynes "admitió" la posibilidad de excesos y crisis. El argumento fundamental de Keynes no tenía nada que ver con los excesos o cualquier otro desequilibrio; argumentó que la necesidad misma de trabajo misma iba a desaparecer.

Para ser claros: incluso tan tarde como en 1943, tres años antes de su muerte, está registrado, por escrito, que Keynes afirma que eventualmente se deben reducir las horas de trabajo. En el mejor de los casos, sus políticas de intervención estatal anticíclica eran solo alternativas a corto plazo para reducir las horas. Esta no es mi impresión, ni mi interpretación, estas son palabras que Keynes escribió en papel.

¿Una revolución keynesiana permanente?

Keynes dividió su programa en tres fases, recuperación, gestión económica a largo plazo y reducción de horas de trabajo:

De la primera fase, Keynes dijo:

“En la primera fase, por lo tanto, el equilibrio tendrá que lograrse limitando, por un lado, el volumen de inversión mediante controles adecuados y, por otro lado, el volumen de consumo mediante racionamiento y similares. ...”

Keynes pensó que esta fase duraría unos cinco años. Luego, sobre la segunda fase:

“Entramos en la segunda fase, que es el principal punto de énfasis en el documento de la Sección Económica. Si dos tercios o tres cuartos de la inversión total se llevan a cabo o pueden ser influenciados por organismos públicos o semipúblicos, un programa a largo plazo de carácter estable debería ser capaz de reducir el rango potencial de fluctuación a límites mucho más estrechos que anteriormente, cuando un volumen menor de inversión estaba bajo control público y cuando incluso esta parte tendía a seguir, en lugar de corregir, las fluctuaciones de inversión en el sector estrictamente privado de la economía. Además, la proporción de inversión representada por la balanza comercial, que no se puede controlar fácilmente a corto plazo, puede ser menor que antes. La tarea principal debe ser evitar grandes fluctuaciones mediante un programa estable a largo plazo.”

Esta segunda fase, que generalmente es tratada como un estado permanente de la sociedad por los seguidores del keynesianismo, según Keynes no duraría más de cinco a diez años. Luego, sobre la tercera fase de su programa:

“Cuando la tercera fase aparece a la vista; el problema subrayado por Sir H. Henderson comienza a ser apremiante. Se hace necesario alentar el consumo racional y desalentar el ahorro, y absorber parte del excedente no deseado mediante el aumento del tiempo libre, más feriados (que son una excelente forma de deshacerse del dinero) y menos horas de trabajo".

En conjunto, según Keynes, dentro de unos quince años como máximo después del final de la guerra, la sociedad tendría que comenzar a reducir las horas de trabajo, aproximadamente en 1960. Por lo tanto, ni una sola vez en su carrera, Keynes argumentó que sus políticas podían mantenerse indefinidamente. Las políticas que fracasaron en la década de 1970 no pueden realmente llamarse keynesianas, porque Keynes pensaba que las fases uno y dos de sus políticas tendrían que terminar alrededor de 1960.

La productividad y la guerra fría.

Entonces, ¿qué pasó con el programa de Keynes? Bajo la administración de Truman, los estadounidenses tomaron las políticas de Keynes e intentaron convertirlas en un mecanismo permanente para administrar la economía y esto explotó en sus caras en la década de 1970.

La solución a largo plazo de Keynes era menos trabajo, no el gasto deficitario keynesiano. Por lo tanto, es completamente falso que, como dice Krul:

"Keynes creó una economía de desequilibrio en la que el dinero desempeña un papel funcional independiente, en otras palabras, en el que el dinero es no-neutral incluso a largo plazo".

Esta es una total bazofia. La idea de que las políticas keynesianas podrían ser permanentes no es una idea propia de Keynes; pertenece a Leon Keyserling, uno de los arquitectos de la guerra fría estadounidense. Keyserling argumentó que podría mantenerse una acumulación militar permanente para rodear a la Unión Soviética al absorber continuamente el excedente de trabajo y capital en una expansión a largo plazo del poder militar global. Esta expansión artificial crearía el "crecimiento económico" y el "pleno empleo" y, a su vez, proporcionaría el exceso de capital y trabajo necesarios para alcanzar los objetivos mundiales de los Estados Unidos.

El "excedente no deseado" del que Keynes quería deshacerse reduciendo las horas de trabajo, se convirtió en el "incremento" que los fascistas "desviaron" del crecimiento del PIB para rodear a la Unión Soviética. Nada de esta historia REAL aparece nunca en las fantasías y mitos sobre Keynes apuntadas por los marxistas.

Solo por explicitarlo: Keyserling dejó en claro que nunca fue seguidor de Keynes. (Del mismo modo que el modelo IS-LM que todavía se enseña en los cursos de pregrado no es la teoría de Keynes y nunca fue la teoría de Keynes). Lo primero que hizo Keyserling cuando se mudó de la administración de Truman a la AFL-CIO fue presionar para que terminara la demanda de la federación laboral por menos horas de trabajo. Eso es lo que sucedió con el movimiento de la reducción de horas: Keyserling fue a la AFL-CIO y lo mató.


Los marxistas son históricamente ignorantes. No saben nada de la historia real de la clase trabajadora. El noventa por ciento de la mierda que vomitan podría abordarse simplemente abriendo un puto libro de historia.

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Pub: 28 Jan 2021 22:01 UTC
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