El Capital de Schrödinger: Por qué el precio nunca es igual al valor en la teoría laboral del valor de Marx

por Jehu

https://therealmovement.wordpress.com/2016/01/14/schrodingers-capital-why-price-never-equals-value/


NOTA 24 (b): ¿Por qué el argumento de Marx sobre el valor causa tanta controversia?

Un lector de este blog hizo esta excelente declaración con respecto a mi última publicación:

“Sí, de hecho, después de tener que ofrecer tantas advertencias sobre el valor, los economistas burgueses y la mayoría de la gente común comienzan a preguntarse de qué sirve el concepto en primer lugar. Especialmente si no es directamente visible, si nadie sabe realmente el valor de una mercancía, y si no determina directamente los precios, preocuparse por eso comienza a sonar como un montón de pseudociencia obsesiva, como preocuparse por los fantasmas y tal."

Si el valor de una mercancía no se puede detectar ni medir por ningún medio conocido, ¿por qué paso tanto tiempo hablando de ello? La respuesta es simple: cualitativamente, el valor, el valor de cambio y los precios son todos lo mismo: cada uno es una cantidad definida de tiempo de trabajo socialmente necesario. A menos que puedas explicar el valor, no puedes explicar los precios ni el movimiento constante, aparentemente aleatorio, del precio de una mercancía en el mercado.

Antes de que podamos explicar por qué los precios cambian aleatoriamente de acuerdo con la oferta y la demanda, debemos explicar por qué existen los precios; es decir, tenemos que explicar qué es el precio mismo.

Para abordar el problema desde otra dirección, podría ser útil pensarlo de esta manera: en El Capital, Marx nunca necesitó demostrar que el trabajo subyace a los precios de las mercancías. Casi todos los economistas en su tiempo aceptaban que esto era cierto.

Tipos como Bohm-Bawerk cuestionaron la idea de que el trabajo es la fuente del valor no porque no haya sido probado, sino por sus implicaciones para el capitalismo. Como argumenta Bohm-Bawerk en su crítica:

“Y este principio, completamente infundado como es, los partidarios socialistas de la teoría de la Explotación no lo mantienen como algo no esencial, como una parte inocente de la construcción del sistema; lo ponen a la vanguardia de las afirmaciones prácticas de la más agresiva descripción. Mantienen la ley de que el valor de todas las mercancías se basa en el tiempo de trabajo incorporado en ellas, para que al momento siguiente puedan atacar, como "opuestas a la ley", "antinaturales" e "injustas", todas las formaciones del valor que no armonicen con esta "ley" — como la diferencia de valor que cae como excedente para el capitalista — y exijan su abolición. Así, primero ignoran las excepciones para proclamar su ley del valor como universal. Y, después de asumir así su universalidad, nuevamente llevan la atención a las excepciones para etiquetarlas como ofensas contra la ley.”

Como honestamente lo explica, la oposición de Bohm-Bawerk al trabajo como fuente de riqueza social se basaba en su opinión de que proporcionaba un argumento político para la clase trabajadora contra la explotación capitalista. (En cambio, Harvey y la escuela de la forma-valor aún no han explicado los motivos en los que se basa su oposición a la teoría laboral del valor).

Sin embargo, simplemente decir que el tiempo de trabajo está detrás de los precios de las mercancías no explica casi nada. Incluso si el valor trabajo estuviera detrás de los precios de las mercancías, Marx todavía tenía que explicar un problema para el cual ningún economista en su época podía ofrecer una explicación satisfactoria: si el trabajo estaba detrás del valor y los precios, ¿por qué los precios de las mercancías casi siempre diferían de sus valores? — algo que está implícito en lo que a menudo se llama "el problema de la transformación de los valores en precios de producción". Dado el obstáculo con el que se encontraron Adam Smith y Ricardo para explicar cómo se transformaban los valores de las mercancías en los precios de producción capitalistas de las mercancías, Marx primero tuvo que explicar qué era el precio y la relación del precio con el valor.

A diferencia de los burgueses simplones, Marx no aceptó el precio como un hecho dado. Argumentó que el precio era la manifestación observable de algo que no se podía observar: el valor trabajo. Sin embargo, la relación entre precios y valor no era tan simple y directa como comúnmente se asumía.

Replanteemos los puntos críticos de la discusión previa.

Para comenzar su explicación, Marx tuvo que mostrar primero por qué el valor, el valor de cambio y el precio no son lo mismo y deben distinguirse unos de otros.

Como dije en la nota anterior, aunque a menudo se acusa a Marx de tener una visión mecánica del valor trabajo, donde el precio de una mercancía también es su valor, Marx no sostenía esa teoría. En la teoría laboral de Marx, el valor, el valor de cambio y el precio son tres propiedades separadas y distintas, cada una de las cuales casi siempre representa una cantidad diferente de tiempo de trabajo y cada una de ellas, por lo tanto, debe explicarse por separado.

La relación entre el valor, el valor de cambio y el precio de una mercancía se puede entender de esta manera:

Primero, una mercancía puede tener valor sin tener valor de cambio o precio.
Segundo, una mercancía puede tener valor de cambio, sin tener ningún valor.
Tercero, una mercancía puede tener un precio, sin tener valor ni valor de cambio.
Cuarto, incluso en una transacción que involucra una mercancía que tiene valor, valor de cambio y precio, nada en la teoría laboral establece que estas tres cantidades de tiempo de trabajo abstracto, homogéneo y socialmente necesario serán iguales.

Una mercancía puede ser producto del trabajo y, por lo tanto, tener valor. Sin embargo, esto no significa que la mercancía tenga valor de cambio o precio en el mercado. Tampoco significa que el valor de cambio y el precio de la mercancía sean cantidades iguales de tiempo de trabajo socialmente necesario como el incorporado en el valor de la mercancía.

Por otro lado, una mercancía puede tener un precio en el mercado sin tener valor ni valor de cambio. Incluso si la mercancía tiene un precio, un valor definido y un valor de cambio definido, no hay nada que nos haga decir que el precio de la mercancía incorpora una cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario igual a su valor o su valor de cambio.

Finalmente, una mercancía puede tener valor de cambio sin incorporar un solo instante de valor. Incluso si la mercancía posee tanto valor como valor de cambio, nada en la teoría laboral sugiere que la misma cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario se incorpore en cada uno.

Definiendo términos

Sorprendentemente, en la teoría laboral, aunque el valor de una mercancía, su valor de cambio y su precio, todos se refieren a cierta cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario, son tres cosas diferentes y distintas que pueden contener cantidades desiguales de tiempo de trabajo socialmente necesario.

En primer lugar, el valor de cualquier mercancía es el tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para producir el bien. Este valor surge del gasto de fuerza de trabajo en un objeto de la naturaleza en el curso de la producción de la mercancía. El valor contenido en la mercancía no es más que un gasto definido de fuerza de trabajo en alguna forma específica. La relación entre el valor (el tiempo de trabajo socialmente necesario) de la mercancía y la mercancía en sí es peculiar de la mercancía.

El valor de cambio de la mercancía es la cantidad de otra mercancía por la cual se puede intercambiar la primera mercancía. Esta segunda mercancía, como la primera, tampoco es más que un gasto definido de fuerza de trabajo en alguna forma específica. Cuando se intercambian las dos mercancías, sus propietarios intentan estimar sus valores respectivos y esto es un problema. Según Marx, ninguno de los propietarios conoce el valor de su mercancía ni el valor de la otra mercancía. De esto se deduce que ninguno de los propietarios tiene idea de cuál es la relación de cambio adecuada para las dos mercancías. Están adivinando o aproximando la tasa de cambio adecuada para las dos mercancías. Dependiendo del conocimiento de los propietarios y las condiciones del mercado, esta suposición puede ser más o menos precisa, pero siempre es solo una aproximación. El valor de cambio — la cantidad de una segunda mercancía dada en intercambio por la primera —nunca puede ser nada más que una mayor o menor aproximación de sus valores de cambio reales.

Finalmente, tenemos el precio de la mercancía — que, por supuesto, supone un dinero de algún tipo. A menudo se asume que el valor de cambio y el precio de una mercancía son lo mismo, pero en realidad no son lo mismo. Si bien el valor de cambio de cualquier mercancía es la cantidad definida de una mercancía pagada por otra mercancía, su precio, sin embargo, puede ser simplemente una cierta cantidad de un símbolo de dinero, en lugar de un dinero-mercancía real. Se asume que el símbolo toma el lugar del dinero-mercancía que se está intercambiando por la primera, pero este no es siempre el caso. Por ejemplo, cuando el dólar fue envilecido y se separó del oro después de 1971, a la vez, el precio se separó también del valor de cambio. Como resultado, hoy el precio de una mercancía ya no representa una cantidad definida de dinero-mercancía. El envilecimiento del símbolo de dinero puede conducir en realidad al más extraño de los resultados: un bien a la venta en el mercado puede tener precio sin tener valor ni valor de cambio.

Economistas burgueses, valor y precio

Contrariamente a la mayoría de las explicaciones de la teoría laboral del valor de Marx, no hay nada en la teoría laboral del valor que diga que el precio o el valor de cambio de cualquier mercancía es su valor. El argumento de que el valor de una mercancía es su precio (o que el precio de una mercancía es su valor) no es la teoría del valor de Marx, es la teoría burguesa simplona. Como demuestra el argumento contra Marx formulado por Bohm-Bawerk, en la teoría económica neoclásica los términos valor, valor de cambio y precio son esencialmente tres términos intercambiables para la misma cosa. Por el contrario, en la teoría de Marx estos tres términos no se refieren a la misma cosa.

Por lo tanto, es demasiado extraño que Marx, quien solo afirma que el valor, el valor de cambio y el precio no son lo mismo y nunca pueden ser lo mismo excepto por casualidad, es la única persona a la que todos acusan de decir que el valor de una mercancía es su precio. Y lo que es aún más extraño es que cuando los burgueses simplones como Bohm-Bawerk hacen esta acusación contra Marx, ¡los marxistas suelen apresurarse a defender el principio de que el valor es igual al precio!

¿Qué explica la incongruencia entre el valor, el valor de cambio y el precio?

La pregunta que esto plantea es obvia: ¿cómo podemos explicar la persistente desigualdad entre las magnitudes del valor, el valor de cambio y el precio?

Puesto que cada una de estas categorías es simplemente una cantidad definida de tiempo de trabajo socialmente necesario en la forma de un producto particular del trabajo, la relación entre las tres no puede determinarse simplemente por el tiempo de trabajo socialmente necesario que cada una representa. Todo lo que tenemos aquí es tiempo de trabajo socialmente necesario en tres cantidades diferentes y desiguales, encarnadas en tres objetos diferentes: una mercancía, una segunda mercancía por la cual se intercambia la primera y un objeto que sirve como dinero. Dado que los tiempos de trabajo socialmente necesarios de los tres son simplemente una cantidad definida de trabajo abstracto homogéneo, es decir, de gasto de una cantidad definida de fuerza de trabajo, nada los diferencia como valores trabajo sino la duración del tiempo de trabajo socialmente necesario que está incorporado en ellos.

El tiempo de trabajo socialmente necesario, dado que es la "sustancia" que los tres comparten en común, puede explicar por qué las mercancías pueden compararse entre sí, pero no puede explicar por qué se intercambian en el mercado en proporciones que difieren constantemente de sus valores relativos reales. Sin embargo, sabemos que esta desigualdad persistente de los valores trabajo en el intercambio no solo ocurre, sino que es la regla general del intercambio según Marx. Dado que las tres cantidades de tiempo de trabajo socialmente necesario (el valor, el valor de cambio y el precio) son simplemente tres duraciones diferentes de tiempo de trabajo socialmente necesario, su desigualdad persistente en los intercambios reales no puede explicarse por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario que cada uno representa.

Nos vemos obligados a concluir, entonces, que la divergencia persistente entre los valores, los valores de cambio y los precios no puede explicarse por el tiempo de trabajo socialmente necesario que cada uno representa y que les permite compararlos como valores. Más bien, esta persistente desigualdad debe explicarse otra cosa que no tenga relación con el tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlos.

Tenemos que buscar la explicación en otro lado.

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Pub: 28 Jan 2021 23:14 UTC
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